miércoles, 12 de febrero de 2014

EL CORAZÓN DE ABROGAIS (sesión II)

Mi muy venerable maestro,

tal como me pidió, continuo con el relato de nuestras aventuras. Nuestro peculiar grupo de aventureros salió temprano de Nur-Sar escoltados por una pequeña guardia en dirección a Hondonada del Halcón, un pequeño pueblo fronterizo y el lugar por el que el los grupos de aventureros que nos precedieron también iniciaron su camino. Según nos informaron es un pequeño pueblo que vive del comercio y de una explotación maderera que hay en los alrededores. El viaje fue sin incidentes y nuestra escolta nos dejó a bordo de un transbordador que nos llevaría a territorio algo hostil.

Durante el camino aproveché para amenizar el viaje a mis compañeros con algo de música y les expliqué un encuentro que había tenido en los jardines de palacio poco antes de salir. Me encontraba yo haciendo mis ejercicios de meditación, cuando una joven y bella muchacha, aunque algo alta, me abordó. Mi dijo que sabía quien era yo, y que iba a salir de viaje. Le pregunté si quería que le trajera algo del viaje y me respondió negativamente. Me dijo que se llamaba Lia. Su novio, de nombre Lain Bestwol, era el guía y explorador que iba con la compañía de Dark Falcon que salió hace dos meses. Me pidió con lágrimas en los ojos que, por favor, buscara a su novio durante mi viaje y, si era posible, lo trajera sano y salvo a casa. Le dije que sí, claro, que sería sencillo. Al acabar mi pequeña historia y cuando estuve a punto de retomar mi concierto de flauta, Mirtha nos comentó que todo nuestro material lo había pagado Dark Crown en deferencia a la dificultad de nuestra empresa y que también le había pedido un favor. Él sentía que su hermano había muerto, pero le pidió a Mirtha que si halláramos su cadáver recuperáramos un anillo que llevaba puesto y que era una herencia familiar. Y, claro, Mirtha no pudo negarse. Kryll y Nebin no explicaron nada, pero estoy convencido de que ambos en la víspera tuvieron encuentros y secretos.

Llegamos a Hondonada del halcón y al momento nos pusimos a trabajar. Explicamos a quien nos quería escuchar que estábamos de viaje haciendo una peregrinación y viaje por estas tierras. Aprovechábamos para preguntar de forma disimulada por el grupo de Dark Falcon haciendo mayor hincapié en su joven explorador con la excusa que había quedado que él nos acompañaría en nuestros viajes, pero no se había presentado en el momento del encuentro.. Hablamos con un grupo de ancianos que entretenían la mañana viendo quién llegaba en el transbordador y recordaban al grupo. “Apestaban a chelais”, nos dijeron, aunque también reconocieron que no causaron ningún problema ni disturbio. Encaminamos nuestros pasos a El sueño del Yak, una agradable posada regentada por un simpático mediano. El grupo me encargó que pidiera habitación y encargara cena. El dueño de la posada nos ofreció una estupenda habitación para pasar la noche y me pasó a explicar que tenían dos tipos de cena. La gourmet y la económica. La primea consistía en ciervo, pichón, codornices, patatas picantes y otras delicias de difícil digestión. La económica era una estupenda y reconstituyente sopa de nabo sin sal, sin aderezos y sin guarnición. La elección era fácil. ¿Quién puede resistirse a las delicias del nabo?

Tras dejar nuestro equipaje en la posada nos fuimos a explorar el pueblo de Hondonada del halcón. Es una pequeña villa muy agradable y bonita; un lugar que creo que sería de su agrado, maestro. Nuestros pasos nos llevaron a una tienda donde pude hacerme con un mapa de la región (¡por fin he estrenado mi estuche de mapas!) y donde compramos algo de material de viaje a un precio algo caro. Tras esto nos encaminamos por varias recomendaciones a la tienda de una tal Laurel, persona muy reconocida y respetada en el pueblo como curandera y que regenta una buena herboristería. Allí nos hicimos con varias pociones y antivenenos y hablamos con ella. Nos dijo que había conocido al grupo de Dark Falcon, aunque ella no lo conocía por ese nombre evidentemente, y se habían ganado sus simpatías. No causaron ningún problema en el pueblo y que estuvieron preguntando por lugares de culto enano abandonados hace tiempo y por la forma de cruzar el Paso del Colmillo. Nos dijo que tras informarse se habían encaminado hacia el campamento maderero que había a las afueras del pueblo para hablar con un leñador llamado Milon Roda. Dijimos que nos gustaría ir para allá y seguir los pasos de ese grupo. Nos habló que el campamento maderero era un lugar duro y peligroso sobre todo por el capataz del lugar, un hombre de apellido Troskavich, borracho y pendenciero al que le costaba poco encontrar problemas.

Tras explicarnos todo eso, el grupo se separó. Mirtha y Nebin se quedaron en la
tienda comprando. Krill decidió ir al templo de la ciudad para hablar con Lady Cirtera, la sacerdotisa del pueblo. Y yo me fui a la plaza del templo a entretener a los niños con unas canciones, unas acrobacias y unos juegos. No me cayó ninguna moneda, pero con la risa de los niños me sentí bien pagado.

Entre música y juegos se hizo de noche y me encaminé hacia la posada. Allí nos reunimos todo el grupo ante un buen plato de sopa de nabo. Y sorprendentemente, pese a lo deliciosa que estaba ninguno de mis compañeros pareció entusiasmarse con el plato y preguntaron al posadero si podía proporcionarles algo de carne. Luego me preguntaron qué tipo de habitación había conseguido y les hablé de cuatro estupendo jergones de paja no muy húmeda en un rincón. Se miraron entre ellos y me hicieron prometer que nunca, nunca, nunca más me encargaría yo de conseguir ni alimentos ni habitación.

Tras la cena hablamos de lo que habíamos descubierto. Kryll nos refirió su conversación con Lady Cirtana que le habló tanto de un monasterio enano abandonado, como del pueblo enano abandonado de Raseri Kanton del que se cuentan historias llenas de apariciones, muertos y fantasmas. Le explicó historias del bosque y los peligros que encierra (monstruos, criaturas extraordinarias, animales salvajes, hasta una bruja y todo dicen que hay). Tras la conversación nos fuimos a dormir.

A la mañana siguiente nos levantamos temprano para ir al campamento maderero. Le hicimos un favor a Laurel y llevamos unas medicinas que tenían encargados. Hacía allí fuimos. Un viaje sin incidentes y una llegada sin problemas. Conocimos al jefe de la explotación, Troskavich. Nos recibió borracho y de malos modos. Me pareció un hombre triste y atormentado. Luego nos enteramos que estaba así desde que su hijo Jairo desapareció en el bosque. Cuentan que sigue buscándolo pese a las semanas transcurridas. Una mala historia. A la hora de cenar nos pusimos en contacto con Milon Roda que nos informó de los secretos del bosque y lo que debíamos hacer para viajar por él sin problemas. El principal consejo, no salir nunca del camino trazado. Nos explicó que pese a ser un lugar peligroso, el tráfico de viajeros es importante y que las patrullas de La Guardia del Colmillo, un grupo de ciudadanos que patrullan para garantizar la seguridad, hacen que el viaje sea mucho más tranquilo que hace unos años. Milon es un hombre rudo, pero agradable. Tras la cena, que consistió en una excelente sopa de nabo, no podía creer mi suerte, nos retiramos a dormir. A la mañana siguiente nos acercaríamos al monasterio enano abandonado conocido como Crisol de Drokstar.

Pero antes de llegar al Crisol tuvimos un pequeño encuentro. En un claro del bosque encontramos a una pequeña cría de zorro atrapada en una trampa de cazador. No tuvimos tiempo ni de respirar y Mirtha ya había bajado de su caballo y se disponía a liberar al pequeño zorro. Consiguió romper el cepo sin mucha dificultad, pero al mismo momento una flecha surgida de la nada impacto contra su hombro. Al momento todos descabalgamos y nos pusimos a cubierto. Kryll advirtió que había una sombra subida a los árboles. Nos lo indicó con un gesto. Nebin se acercaba con cuidado a Mirtha para ofrecerle su ayuda y yo me metí en el bosque intentando acercarme a la sombra y hacerla caer del árbol con una certera pedrada. Pero no me hizo falta porque un hechizo de Kryll hizo que esa sombra cayera del árbol. Era un ser humanoide que tenía todos los visos de ser un cazador furtivo. Al momento se incorporó y empezó a atacarnos. Y no solo él, sino que le acompañaban dos pajarracos amaestrados que no nos produjeron mucho daño, pero molestaban e incordiaban lo suyo. Sin muchas dificultades conseguimos vencer al cazador y proseguir nuestro viaje. Eso sí, Mirtha se llevó consigo al pequeño zorro convirtiéndose en el quinto miembro de nuestro grupo.

Sin más dificultados llegamos al monasterio conocido como Crisol de Drokstar. Lleva años abandonado y la naturaleza no ha sido justa con él. Se mantiene en pie una pequeña estructura central y una torre. Entramos en el patio del monasterio y dejamos a resguardo a los caballos. Mientras Mirtha y Nebin investigaban el patio y abrían la puerta principal, Kryll y yo nos acercamos a la torre. Abrimos la puerta y entramos; una larga escalera en buen estado ascendía y nos preguntamos si debíamos subir. Pero la aparición de una enorme araña que descendía a toda velocidad por su red nos hizo darnos cuenta que no sería una buena idea. Gracias a un hechizo de Kryll que dejó a la araña inconsciente, nos permitió salir de la torre sin sufrir ningún daño. Y cerramos la puerta. Y nos prometimos que no habría nada que nos la hiciera abrir de nuevo. Ni a los gnomos ni a los medianos nos gustan las arañas gigantes.

Entramos en el monasterio y empezamos a explorar. Nada de interés hasta encontrar en una habitación el cadáver de un enano. Bueno, quedaba poco menos que sus huesos, pero entre sus ropajes hayamos una nota: “Perdóname Padre Oscuro de la Forja, mis esfuerzos nunca serán suficientes”. Aventuramos que se había suicidado. Seguimos caminando por tan abandonado y desolado lugar y llegamos a una capilla consagrada al dios Thora que había sido profanada por los seguidores del dios enano oscuro Drokstar. Encima del altar encontramos un yunque al que habían arrancado piezas. Mientras observábamos el yunque Nebin miró al techo.
- Esto – dijo -. Creo que hay algo allí arriba. Y está bajando.

Y por el momento lo dejo aquí, maestro. Creo que está carta es lo suficientemente larga y ya debe estar cansado de leer nuestras aventuras. Hasta la próxima misiva se despide con todos los respetos su fiel aprendiz

Wong-Fei Hung

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